Piensa en tu paisaje
favorito... la playa donde veraneas con tus padres, o el campo que se ve desde
la ventana de tu casita del pueblo, o aquel lugar al lado del río donde fuiste
de picnic… Puede que parezca que esos paisajes no cambian, pero realmente están
en constante evolución. Si te fijas con atención, podrás darte cuenta de esos
cambios que van sucediendo a tu alrededor: a veces son cambios muy lentos, como
cuando las hormigas crean galerías subterráneas, y, otras veces, esos cambios
pueden ser rápidos y muy peligrosos, como cuando llueve mucho y se inundan los
campos.
Y, ¿qué provoca esos cambios? Algunos de ellos los provocan fuerzas del interior de la Tierra. En la época en la que vivían los dinosaurios, los continentes estaban unidos, sin embargo, ahora tienen otra colocación. También hay fuerzas externas, como la luz del Sol, el agua, el viento, los animales… que van desgastando y acumulando el material de la Tierra.
¿Qué puede producir
cambios físicos en una roca? El agua, por ejemplo, puede meterse entre las
ranuras de las rocas, presionándola. Cuando esa misma agua se congela la
tensión es todavía mayor. Cuando tenemos un pequeño agujero en la ropa, ¿no os
han dicho nunca que no metáis el dedo por el hueco? ¿No os han dicho que así
ibais a darlo de sí? Algo parecido sucede con las rocas, lo que ocurre es que
esos cambios se producen tan lentamente que no podemos darnos cuenta a simple
vista.
Los cambios de
temperatura también pueden romper o desmenuzar una roca. Parece increíble que
simplemente el cambio brusco de frío a calor pueda fragmentar un material tan
duro, ¿no? Pero es así. En invierno, cuando hace muchísimo frío y en las lunas
de los coches se forma escarcha, no podemos quitar ese hielo con agua caliente
porque la luna podría rajarse por el cambio brusco de temperatura. También,
cuando cocinamos y vamos a verter en un recipiente de vidrio ingredientes muy
calientes, ¿no os habéis fijado como mamá pone una cuchara de metal? ¿Os habéis
preguntado alguna vez por qué lo hace? Ese es un truco de cocina para que el
recipiente no se raje por el cambio de temperatura ya que el metal conduce
mejor el calor que el vidrio.
Existen otras muchas
cosas que pueden producir este tipo de cambios, como la acción de organismos
vivos. Las plantas pueden fragmentar las rocas gracias a sus potentes raíces.
También los animales actúan sobre estos materiales, simplemente, a su paso
pueden ir produciendo cambios. Y, el ser humano ¿se os ocurre de qué cantidad
de formas pueden fragmentar, romper, agujerear, desmenuzar… una roca?
Pasemos ahora a ver
de qué manera pueden producirse cambios químicos. El agua es muy importante
también en este tipo de cambios, ya veréis por qué. Los cambios químicos pueden
ser: disolución, hidrólisis, hidratación, oxidación.
¿En qué consiste eso
de la disolución? La disolución es una mezcla de dos sustancias donde parece
que el resultado final es una única materia, pero no es así. Si tú le echas sal
a un vaso de agua y lo remueves bien, al final parece que solo tienes un vaso
con un líquido incoloro, pero sigues teniendo agua y sal. ¡Eso es una
disolución! Sin embargo, si echamos harina al agua, se formarán grumos, no
parecerá una sola materia y, por tanto, eso no es una disolución.
¿Qué significa
hidrólisis? Es un tipo de reacción química en la que es necesaria el agua. Los
componentes de una sustancia se dividen y se combinan con el agua para formar
otro material. Este caso es difícil de entender, pero, para que os hagáis una
idea, un ejemplo de hidrólisis es la formación de jabón. Si se mezcla la
cantidad adecuada de agua con grasa (animal o vegetal) y con sosa cáustica (que
no se debe manejar sin la supervisión de un adulto) obtenemos jabón. De unos
materiales pasamos a tener otro, que nada tiene que ver con los primeros y por
eso es un cambio químico.
¿Cómo funciona la
hidratación de las rocas? Cuando el agua entra en contacto con una roca (por la
lluvia, por ejemplo) los minerales que la forman pueden reaccionar. Un caso
claro de hidratación es el yeso que se utiliza en construcción. Se toma una
roca (anhidrita) y se combina con agua para formar el yeso.
¿Qué es la oxidación? Como ya sabes, en el aire hay oxígeno y, al entrar en contacto ese aire con algunas rocas, puede darse una reacción química y generar un óxido. Si tú dejas tu bicicleta al aire libre durante un tiempo ¿a que le sale una sustancia anaranjada en las piezas de hierro? Eso es óxido. El óxido de otros materiales puede ser de otro color como azul, verde, marrón…
Los cambios físicos y
químicos suelen ocurrir en la naturaleza al mismo tiempo, no actúan por
separado. Y, una vez que se ha alterado ese material, es más sencillo que éste
se pueda transportar.
¿Qué es entonces la
erosión? Es un proceso en el que las rocas cambian, se transportan a otro lugar
y, una vez allí, se depositan. Lo normal es que ese “viaje” que va a realizar
el material sea hacia lugares de menor altitud, por la gravedad. Además, hay
otras cosas que ayudan a la gravedad a desplazar las rocas. Cuando un rebaño de
ovejas pasa por una zona, con sus pisadas pueden estar moviendo las piedras del
camino. También puede ocurrir que la lluvia impacte contra la tierra removiendo
el material. El viento es otro elemento que puede desplazar las rocas. ¿Has
estado alguna vez en la playa un día con mucho viento? ¿En ese momento no has
tenido que cerrar los ojos para que no te entrara la arena? Hay zonas además,
donde la inclinación del terreno favorece ese desplazamiento. Las rocas pueden
moverse en estos casos no solo cuando son diminutas, sino que también pueden
desplazarse las de gran tamaño, siendo muy peligroso. Por ejemplo: hay tramos
de carreteras donde se coloca una especie de red de seguridad en las laderas
que las rodean para evitar que caigan rocas en la vía y se produzcan
accidentes.
Un importante agente
de erosión es el agua.
Ya hemos visto como puede fragmentar una roca de distintas formas. Vamos a ver
ahora cómo transporta los materiales. Los ríos van moviendo las rocas
lentamente. Si has tenido la oportunidad de estar en una zona del curso
superior de un río, te habrás dado cuenta de que las rocas allí son puntiagudas
y cortantes. Sin embargo, si has podido estar en la desembocadura, habrás
podido comprobar cómo las piedras de ese lugar tienen una forma redondeada y un
tacto suave.
Esa forma y ese tacto se producen cuando el río mueve las rocas y se golpean unas con otras, suavizando sus rasgos. Los valles y los grandes cañones son una forma de relieve que nos indica la erosión que un río ha producido en una zona. Acabamos de ver cómo el río es un gran agente de erosión, pero el agua también puede actuar de otras formas. ¿Alguna vez has ido al parque después de que haya llovido? ¿Te has fijado en el suelo? En el parque no hay un río, pero cuando llueve el agua se abre sus propios caminos con formas serpenteantes. Cuando vamos al parque, no queda agua pero sí ese camino que ha formado, arrastrando la arena y las pequeñas rocas. Además, en la desembocadura de algunos ríos podemos ver cómo el agua deposita y acumula materiales formando lo que conocemos como deltas. El mar, el océano, con ayuda del viento, también erosionan las rocas. Trae a tu mente la imagen de un acantilado. ¿Qué se te ocurre que ha podido pasar para que se formen paredes de roca tan altas y verticales? Pues bien, estos acantilados se han formado por el desgaste de las rocas al chocar las olas contra ellas. ¿Qué es lo que da lugar entonces a las playas? Estas formas de relieve se forman por la acumulación de material fino. Por estos motivos, dos paisajes costeros pueden ser tan distintos.
Esa forma y ese tacto se producen cuando el río mueve las rocas y se golpean unas con otras, suavizando sus rasgos. Los valles y los grandes cañones son una forma de relieve que nos indica la erosión que un río ha producido en una zona. Acabamos de ver cómo el río es un gran agente de erosión, pero el agua también puede actuar de otras formas. ¿Alguna vez has ido al parque después de que haya llovido? ¿Te has fijado en el suelo? En el parque no hay un río, pero cuando llueve el agua se abre sus propios caminos con formas serpenteantes. Cuando vamos al parque, no queda agua pero sí ese camino que ha formado, arrastrando la arena y las pequeñas rocas. Además, en la desembocadura de algunos ríos podemos ver cómo el agua deposita y acumula materiales formando lo que conocemos como deltas. El mar, el océano, con ayuda del viento, también erosionan las rocas. Trae a tu mente la imagen de un acantilado. ¿Qué se te ocurre que ha podido pasar para que se formen paredes de roca tan altas y verticales? Pues bien, estos acantilados se han formado por el desgaste de las rocas al chocar las olas contra ellas. ¿Qué es lo que da lugar entonces a las playas? Estas formas de relieve se forman por la acumulación de material fino. Por estos motivos, dos paisajes costeros pueden ser tan distintos.
Otro agente de
erosión es el hielo.
¿Y en qué forma el hielo puede producir erosión? En forma de glaciar. Pero,
¿qué es un glaciar? Es una cantidad inmensa de hielo que se puede conservar
durante miles de años. Los glaciares se forman en altas latitudes y en montañas
elevadas, adaptando su forma a la del terreno. Toman la forma del lugar en el
que se generan, igual que cuando con nuestras cubiteras podemos tener cubitos
de hielo, corazones, estrellas, etc. Aunque parezca que el glaciar se mantiene
quieto, en su sitio, no es así, se desplaza lentamente por la gravedad. En el
interior de un glaciar hay otro tipo de materiales que al rozarse con el fondo
y los laterales van erosionando el relieve. Cuando cogemos una lima y frotamos
sobre un material, lo vamos desgastando y dejando un surco con la forma de la
herramienta. Un glaciar actúa lentamente, pero el efecto es el mismo. Cuando el
hielo se funde, los materiales que había en su interior se depositan y el
terreno sobre el que se había formado el glaciar queda modificado. Las rocas se
ven pulidas, rayadas o con estrías. En los lugares donde ha habido glaciares
quedan a menudo lagos que nos lo cuentan.
Vamos con otro agente
de erosión: el viento.
Suele actuar en zonas áridas y en desiertos tórridos, donde el agua y el hielo
no están presentes. Por un lado, el viento puede transportar materiales que
hace chocar contra unas rocas desgastándolas lentamente, y, por otro lado,
transporta rocas diminutas. Cuando deposita los materiales suele ser en forma
de dunas.
Por último, tenemos
que hablar de los seres
vivos. Como ya hemos dicho, las raíces de las plantas pueden llegar a
fragmentar las rocas. Los animales también erosionan el terreno con sus
pisadas, o haciendo galerías subterráneas, como es el caso de los topos,
lombrices, etc. Aún así, ¿cuál crees tú que es el ser vivo que más erosiona el
planeta Tierra? Sin lugar a dudas: el ser humano. ¿Qué cosas hacemos que
desgastan la tierra y la modifican? Desde luego con la agricultura cambiamos
considerablemente la superficie del terreno. Además, construimos carreteras,
túneles bajo tierra, talamos los bosques, creamos minas, construimos ciudades
inmensas donde antes era todo natural… No solo erosionamos el paisaje en el que
vivimos, sino que nuestros actos, las consecuencias de ellos, sí que se ven en
poco tiempo. Tenemos que ser conscientes de eso para no acabar destruyendo por
completo nuestro hogar, la
Tierra.
Como hemos visto, los
agentes de erosión son los que dan lugar al relieve: las montañas, los
acantilados, los valles, los campos de dunas, los cañones de los ríos, las
playas… Además, están muy relacionados con el clima de cada zona. ¿Dónde creéis
que actuará en mayor medida el hielo? Por supuesto en las zonas frías del
planeta. ¿Y el viento? Ya hemos visto que actuará en zonas cálidas y
desérticas, donde no abundan otros agentes de erosión. Todo está relacionado y
aunque lo veamos por partes diferenciadas, forman un todo: el conjunto crea
nuestros maravillosos paisajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario